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viernes, 9 de marzo de 2012

Hola a Todos!!!!

Les doy la bienvenida a todos y muy especialmente a mis alumnos del 2º Año 1ª, 2ª, 3ª y 4ª División y los invito a acompañarme en esta hermosa tarea de aprender!!!
La primera actividad que les propongo es anotarse como seguidores de este blog y luego mirar con atención el video "Detectar mentiras y ser honesto" que se encuentra en "Entradas Populares". Los que se animan pueden dejar un comentario colocando su nombre y apellido completos y el curso y división al que pertenecen. Con los demás realizaremos el comentario en la clase presencial. Suerte!!

4 comentarios:

  1. El totalitarismo nazi y fascista. Presupuestos sociohistóricos. Estos movimientos totalitarios se originan después de la 1 Guerra mundial recogiendo las frustraciones que deja tras sí la contienda y, por tanto, manifestándose de manera más clara en países vencidos. Los primeros núcleos de seguidores de Mussolini (v.) o Hitler (v.) estaban formados por grupos de excombatientes. Con el tiempo, sus programas sedujeron a los diferentes estratos de la población, pero sobre todo prendió en las clases medias. Pareció ofrecer la fórmula adecuada para resolver problemas sociales, políticos y económicos universalmente sentidos y que requerían atención rápida y eficaz, como eran los de un difuso escepticismo acerca de las fórmulas liberales, la anarquía creada por las luchas de partidos e ineficacia parlamentaria, la crisis económica manifestada en hechos como la inflación, la desorganización del mercado, el paro, etc.

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  2. El totalitarismo marxista. Si definimos el t. como la asunción de la entera sociedad por el Estado, entonces el marxismo (v.) puede definirse como totalitario. Aunque postula teóricamente lo contrario: la desaparición del Estado, la realidad es, sin embargo, que precisamente por ese postulado resulta totalitario. Negando por entero tanto a Dios como toda trascendencia del individuo sobre la sociedad, el marxismo implica igualmente una completa visión totalitaria de la política. Más aún, siendo la estructura social y con ella la autoridad inseparables del vivir humano comunitario, la pretensión marxista de suprimir el Estado se revela irrealizable, de modo que su t. social desemboca necesariamente en un Estado totalitario.

    Si en el binomio sociedad (v.)-Estado (v.), el t. fascista podríamos decir pretende suprimir la sociedad, absorbiéndola en el Estado, el t. marxista al pretender teóricamente suprimir el Estado (en la última fase comunista) realiza la misma operación de absorción. La etapa comunista, en la que se realizaría la superación de las clases, no adviene nunca, y mientras tanto impera una dictadura del proletariado, encarnado a su vez en un partido detentador omnímodo del poder. El t. que se manifiesta ya en Lenin (v.) y culmina en Stalin (v.) no es accidental, sino consubstancial al comunismo. La impersonalización del sistema ocurrida en la URSS (v. UNIÓN SOVIÉTICA) con la muerte de Stalin puede corregir en algún aspecto la figura externa del régimen, como en lo que toca al «jefe carismático». Subsiste, sin embargo, la realidad totalitaria referida al Partido y los encargados de traducir en decisiones la línea de inspiración de que éste es sujeto. Lo que se dice de la URSS vale, en sustancia, de los demás regímenes comunistas.

    Habiendo sido estudiados ya ampliamente el marxismo (v.) y el comunismo (v.), no es necesario extendernos aquí más. Baste señalar que, coincidiendo en puntos sustanciales con los movimientos antes mencionados, existen entre ellos notables diferencias, que afectan tanto al supuesto material mitificado (para Mussolini es la nación; para Hitler, la raza; para el comunismo, el proletariado), como al tono mismo del movimiento (vitalista en el nazismo y el fascismo; racionalista en el comunismo).

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  3. ok. Buena tu información. Me gustaría que la tengas en tu carpeta para que puedas estudiarla

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